jueves, 20 de mayo de 2010

MADE TO BE HUGGED
























Cosas que he visto/leído/escuchado últimamente me han hecho reflexionar sobre la hegemonía de que lo norteamericano disfruta aquí y en todas partes. Series y películas estadounidenses gobiernan en muchos de los casos la gran porción de nuestra tarta de cultura visual y sus consiguientes consumos derivados. ¿Esto es algo malo, algo bueno o algo regular? Lo que no deja cabida a dudas es que la cultura americana se deja abrazar y que nosotros, para bien o para mal, le damos nuestros mimos.

¿Cuáles son vuestros pareceres acerca de este tema? Nos acompaña en esta reflexión Teddy Sam, el osito de bandas y estrellas que creé especialmente para la ocasión. Como todo lo americano, está esperando a que le deis amor.

4 comentarios:

Gelita dijo...

La explicación a esta cuestión la he descubierto este año en una asignatura llamada Programación Audiovisual. Es muy sencilla:

EE.UU. es un país de unos 300 millones de habitantes. Puedes hacer una superproducción, que con esa aspiración de audiencia, puedes recuperar una inversión de 12 millones de $ en una hora de emisión con la publicidad (en el caso de una serie).

Aquí siempre vas a estar limitado a 40 millones, y has de programar contenidos conforme a esa audiencia. No te vas a gastar 12 millones de € en un capítulo de serie si no los vas a recuperar.

Patri Tezanos dijo...

Amén.

Pero que no pare la reflexión. Hay muchas personas que ven en eso un peligro. Quiero pronunciamientos en este sentido!

Gelita dijo...

No sé. Por lo que a mí (y a ti)respecta, le debemos mucho a ese país. O si no queremos pensar así... pues a muchos americanos. Les debemos Los Simpsons. Les debemos Lost (yo sobre todo xD), The Big Bang Theory, mucha música, muchos videojuegos, muchas gilipolleces...

Y a mí no me parece nada fatalista, como suele decir papi (lo cual tiene COJONAZOS, porque la mayoría de las películas que le flipan were born in the USA al igual que la música). Nosotros vamos a seguir siendo españoles, pero toda apertura a la influencia externa te enriquece. Ojo; con matices. Pero no te vuelves más tonto por hacer una de las anteriores cosas que he citado, más bien al revés. Ni tampoco vamos en dirección a un mimetismo, sencillamente porque la diferencia cultural, al final es grande.

Patri Tezanos dijo...

Como diría Homer: "Me interesan tus ideas y me gustaría suscribirme a tu boletín de noticias" xD

En mi opinión, las influencias culturales han existido desde que las dos primeras se encontraron; pero esta que es la que nos toca de cerca es vista como atroz por muchos (como padre navidad, por ejemplo). ¿Por qué ese pánico latente?